Segui la llamada del bosque que me llevo inesperadamente hasta el cementerio del sendero de los caídos. No es que tenga miedo a los cementerios, pero los muertos no son precisamente alguien con quien jugar. Poco a poco me interne en el cementerio derrepente llegue a una tumba que me llamó la atención, tenía un angel posado sobre ella y en los pies una mujer apenada. Cuando me hacerque mas me fije en que la mujer no era parte de la tumba sino que era un fantasma. El fantasma era de una chica de unos veintipocos con el pelo tubi y ondulado y unos ojos tristes. Nada mas darme cuenta de su condicion de fantasma fui directo:
- ¿Que haces aquí alma perdida? - le dije directamente.
- Lo correcto es ¿que haces TU aqui? - respondio con arrogancia - Nadie de los que estan aqui podran ser esclavizados por ti, yo los protejo.
Enarque un ceja, he visto muchos espiritus pero este era sumamente divertido e interesante.
- Tranquila... Hoy no estoy para eso aqui - y vi divertido como la rabia la inundaba - simplemente mi intuicion magica me ha traido. ?Y quien eres tu que proteges a los muertos?
- Soy Lady Hatterlay, dama de la luz y mi magia ha protegido a estos bosques y a todo lo que hay en ellos.
- ¿Y fuiste quien me llamo? - pregunté intrigado.
- No, pero no obstante tengo algo que decirte. Tu poder me ha despertado, cualquier otro hechicero hubiera pasado por aqui y nada hubiese sucedido, quiero decirte una cosa. Aunque no lo parezca el mal esta entrando através de tu poder de oscuridad, como tu sabes lo oscuro no es simbolo de mal pero mucha gente lo ha utilizado para ello, por eso quiero avisarte y ayudarte, si no haces lo que te digo pronto el mal ocupara tu corazon . Vete al rio de las lágrimas y buscan en el fodo de una grieta una llave que hay, esa llave abrira un cofre que esta enterrado en una isla que el rio ha creado a su paso, la unica isla de todo el rio. Dentro de ese cofre hay un botecito de cristal, vierte ese liquido dentro del lago que hay en una de las cavernas y allí habrá alguién que seguirá ayudandote. Corré hechicero no le des mas tiempo.
Entonces la chica desapareció y un cuervo negro llego al claro. Cuando le miré vi que no era un cuervo cualquiera era un animal guía, algo que siempre ayuda a los hechiceros y que en mi caso me venía como anillo al dedo, juntos fuimos hasta nuestro primer destino: el rio de las lagrimas.