Celdas de castigo.

Me llevaron hasta la celda a rastras y me tiraron dentro.
-Espero que disfrute de su estancia,señorita-murmuró el guardia con una sonrisa al tiempo que cerraba la puerta.
Me senté en la litera de arriba y me puse a observar la pared,no pensaba quejarme delante de nadie.

Me eché a reir sin moverme un ápice.
-No tenías ninguna razón para encerrarme,Ikaro-siseé sin mirarlo-lo has echo porque te ha dado la gana,y lo volverás a hacer cuando quieras,me equivoco?

Me bajé de la cama y lo encaré.
-No me interesa vivir en tu castillo,príncipe-dije con sarcasmo.Me crucé de brazos-ademas,ya vivo bien cerca.

Lo fulminé con la mirada y salí de allí caminando lo más tranquila posible.

Me llevaron a una de las celdas del castillo.

-Estúpidos cerdos soltarme!!-no había parado de gritar en todo el camino.
-Imbécil, nos has dejado quedar mal ante el Príncipe, pagarás por eso-comenzaron a pegarme. Cuando terminaron tenía graves cortes por todo el cuerpo, una ceja inchado y no paraba de sangrar por el labio.-Así aprenderás estúpida.-No podía decir nada estaba dolorída.
-La llevaremos ahora ante el Príncipe
-Si... está demasiado exsausta para contestar mal-los dos se echaron a reir y solo pude dejarme arrastrar.

Me llevaron a las celdas y me dejaron allí, tal y como dijera Ikaro solo me dieron agua. Estaba acostumbrada a no comer porque había años malos en la granja de mis tios pero al cabo de una semana ya no podía más.
-Por favor-supliqué-Darme algo de comer...
Los guardias en cambio, solo fueron a llamr a Ikaro.

-No se me ha acabado nada, solo quiero comer...-mi tono de voz ya no era el mismo. Tenía mucha hambre...

-No!-grité con lágrimas en los ojos-Si no como me moriré!